Adónde vas.

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Ya no puedo alcanzarte,

ya no puedo acariciarte.

Adónde vas, mis brazos,

mis labios, no llegan.

Esperaré mi turno,

entonces, estoy segura,

nos encontraremos

y correremos al encuentro.

Ya no puedo molestarte,

ni siquiera mimarte,

sólo en las imágenes del pasado

que habitan en mi mente.

Esperaré mi turno,

y estoy segura

de que seremos felices

una vez más.

Adónde vas, yo no puedo transitar,

no puedo hablar ni tocar.

Adonde vas, yo no existo,

pero, existiré algún día.

Y, entonces, aguardaré;

aguardaré a que yo ya no exista

e iré junto a ti,

a donde las almas

no se separan jamás.

Maribel Trescher.

(De la obra Poemas, Letras, Fragmentos
y Cuentos. Tomo: Amores)